Friday, April 18, 2008

Oblivion Sun - La Resurrecion de Happy The Man!


Para aquellos que recuerden los ya clasicos LPs de Happy The Man, el reciente album de la nueva encarnacion de HTP, Oblivion Sun, empieza donde se quedo su ultimo esfuerzo, Muse Awakens, pero lo supera con creces. El nuevo elenco de Wyatt y Whitaker esta compuesto de Stan Whitaker en guitarra y voz, Frank Wyatt en teclados y saxo, Chris Mack en bateria, Dave DeMarco en bajo y Bill Plummer en teclados.

Haciendo un breve recuento historico de HTM, la banda inicio en la primera mitad de los 70s y despues de varias permutaciones logro establecerse en el panorama progresivo en base a un contrato con Arista Records. Despues de publicar sus dos unicos albumes de estudio, el grupo se desintegra al final de la decada una vez que el punk y el new wave capturaron el mercado. Antes de que terminara el milenio, en 1999, HTM sorprendio a sus fans con un magnifico album multifacetico de alta calidad compositiva: Muse Awakens. En 2006 el duo dinamico de Wyatt y Whitaker formaron Pedal Giant Animals inaugurandose con un album que incluia piezas que no entraron el paquete de Muse Awakens. Poco despues deciden formar Oblivion Sun en el 2007.

La musica suena casi como Happy The Man, los clasicos ritmos angulares mezclando funk y jazz con rock con interludios etereos en base a una cuidada orquestacion practicamente de camara. Sin embargo, en Oblivion Sun la composicion tiene mayor fluidez e intensidad, la ejecucion enfatiza el entrejuego instrumental dandole mayor fuerza interpretativa. Otro punto bueno es que la voz de Whitaker suena mejor que nunca. El album inicia extraordinariamente con "Fanfare", un interjuego dinamico de teclados, guitarra y el Fender Rhodes de altisima progresion y belleza. En la fantastica rola "Catwalk" notamos ciertos aires del primer Genesis. Tres de las piezas son instrumentales jazz fusionantes, "Noodlepoint" (con Wyatt al saxo), "No Surprises" (destacando el juego entre saxo y guitarra)y "Re:Bootsie" (rola funkie punteada por la guitarra de Whitaker donde el desconocido Plummer le da buena cuerda al sinte de Wyatt). Destaca la inclusion de dos piezas mas pesadas, "The Ride" y "Chapter 7.1". "Ride" es una rola roquera interpretada brillantemente por Whitaker. En "Chapter 7.1" las percusiones ritmicas progresivas muy al estilo de Tool se transforman en progresiones del Moog y del Hammond de mayor sutileza, con un trabajo de guitarra que sostiene y da forma a la breve pieza. Asimismo la guitarra melodica de Whitaker nos da una gran sorpresa en "Tales of Young Whales", una pieza progresiva de altisima belleza.

A mi que antaño me gustaban las composiciones mas atmosfericas de Happy The Man para pasar un momento tranquilo y leer una buena novela, a Oblivion Sun lo encuentro disfrutandolo aun mas que a su antecesor, talvez por ser mas energetico y cambiante, similar a lo que me ha ocurrido con lo ultimo de Djam Karet.

Definitivamente un gran debut, los integrantes de Oblivion Sun evidentemente han estado tocando juntos durante años ;-) pero ademas en este album consiguen añadirle a su añejo estilo actualidad y mayor atractivo. Musicalmente un album sobresaliente que garantiza transportarnos al paisaje de la foto, una caminata de fantasia por terrenos multi-texturizados gratamente iluminados .

1 comment:

César Inca Mendoza Loyola said...

Saludos a José y a todos los visitantes de Autopietican.

Se ha publicado una excelente y minuciosa reseña de este disco de OBLIVION SUN, pero me permito hacer lo propio. En realidad, estoy enviando una resñea que publiqué hace unos meses en La Caja de Música. Espero que sea del interés de todos.-


" Tenemos aquí un estilo sinfónico-jazzero que registra indirectamente influencias de Camel, Gentle Giant y el Return to Forever post-1973. Eso sí, es digno de señalarse el rol tan especial que ocupan los guitarreos de Whitaker en comparación con los discos de Happy the Man. Podemos decir, como otro punto de referencia, que por efecto de esta modernización de la herencia HTM, Oblivion Sun revela semejanzas indirectas con bandas influidas por HTM: Echolyn, Frogg Café, Land of Chocolate,…

Los dos primeros instrumentales, ‘Fanfare’ y ‘Noodlepoint’, contienen ese aroma a HTM en estupenda abundancia, haciendo así las delicias de los fans eternos de este grupo inmortal que sienten que su propuesta aún tiene mucho que dar dentro de sus pautas sinfónico-jazzeras. Plummer (al igual que David Rosenthal en su momento, para el “The Muse Awakens”
del momentáneamente renacido HTM) resucita el legado de Kit Watkins con un vigor fácil de notar. Nadie casó las influencias de Bardens y Jan Hammer tan bien como Watkins, pero vaya si no dejó un buen número de seguidores. Entre estas piezas se halla un rockero ‘The Ride’, un tema que nos muestra una faceta actualizada del grupo: su esquema sonoro parece una cruza entre el mejor Spock’s Beard y el Kansas de la era 76-78.

‘Catwalk’ nos devuelve a la vibración melódica que cubría algunos de los momentos más entrañables de “Happy the Man” y “Crafty Hands”; el interludio de inspiración barroca que surge en el
quinto minuto es simplemente mágico. ‘No Surprises’ es un instrumental moderadamente pesado, denso aunque pegadizo, el cual se engarza con ‘Re: Bootsy’, el cual tiene un dinamismo muy a lo funky-jazz. El intercambio de solos entre el sintetizador y la guitarra en este último supone uno de los momentos más explosivos del disco, aunque en el cuerpo general esta pieza tiene un espíritu menos pesado que el precedente. Este díptico es realmente espectacular, lo cual hace que sea una pena que ambas piezas no tengan una mayor duración, o por lo menos, ‘Re: Bootsy’.

El disco prosigue con ‘Chapter 7.1’, otro ejemplo de cómo se puede revitalizar el sonido HTM con una dosis de punche mayor a la habitual: a pesar de que se nota que las interacciones están bastante controladas, el feeling y el nervio son patentes. Y lo mismo vale exactamente para ‘Tales of Young Whales’, un instrumental en 5/4, tan intenso como evocativo, donde confluyen la magia etérea de su repertorio más onírico con el filo efectivo de su faceta más decididamente rockera. El disco se cierra con ‘Golden Feast’, el cual parece reconstruir parcialmente el espíritu de ‘New York’s Dream Suite’, aunque con un aire jazzero más agudo y, una vez más, una polenta en mayor dosis.

Al igual que en “The Muse Awakens” (tremenda joya progresiva del nuevo milenio), “Oblivion Sun” carece de esos irrepetibles aportes compositivos de Watkins que proveían de onírico contraste en los discos setenteros de HTM, pero aparte de este factor, no hay nada que objetar a la calidad musical expuesta y desarrollada en este disco. "