Sunday, July 12, 2009

"Ouroboros" - exquisito bestiario progresivo de KOTEBEL






  












HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

La banda hispano-venezolana KOTEBEL sigue adelante con su más reciente lanzamiento “Ouroboros”, un disco conceptual sobre figuras mitológicas – en base al “Libro De Seres Imaginarios” de Jorge Luis Borges –, y realmente resulta una obra notable para este año 2009. En un hermoso formato de digipack con dibujos donde predominan suaves coloridos ocres expandidos en tonalidades suavemente nebulosas, KOTEBEL nos ofrece una muestra más de su pulcra e ingeniosa manera de revitalizar el sinfonismo para nuestros tiempos. A pesar de la ausencia de la flauta y la voz femenina, ítems relevantes para el sonido de KOTEBEL en discos anteriores como “Mysticae Visiones” y “Omphalos”, lo cierto es que el grupo demuestra que sabe mantenerse en su habitual grandilocuente magnificencia con el formato netamente instrumental. ‘Amphisbaena’ abre el disco con una breve introducción tenue antes de que el ensamble entero se enfrasque vigorosamente en una deliciosa arquitectura sinfónica generosamente adornada con elementos de corte fusionesco y otros más tirados hacia el estándar de GENTLE GIANT. Bien efectivo es el recurso de los dos Plaza de enfatizar sus masivos aportes duales de teclado para complementar y/o rodear y/o acompañar a los variopintos aportes del guitarrista César García Forero. Siendo éste un músico que se siente igualmente cómodo en la fineza sinfónica, las texturas jazzeras y la polenta rockera, se alza como una figura crucial a la hora de sostener el sonido grupal. Los pasajes dominados por el piano durante el último tercio del tema crean una oportuna expectativa para el dinamismo parcialmente etéreo que se va armando camino al fin. La suite ‘Ouroboros’ sigue a continuación, exhibiendo una intensa travesía progresiva donde no hay decaimiento alguno – en realidad, los motivos básicos son precisos y concisos, siendo así que el desarrollo de la suite misma se sostiene sobre un balanceado juego de variantes y recovecos donde la ilación se conserva fluyendo de manera bastante natural. El factor jazzero, con ciertas tendencias chamber-rock sabiamente matizadas, está bastante patente en una buena cantidad de pasajes, mostrando una especial vitalidad en ‘Variation II’. ‘Variation IV’ cabalga más bien en atmósferas flotantes que nos remiten un tanto al MIKE OLDFIELD de “Incantations” inicialmente, pero al arribar los tambores y la guitarra el asunto adquiere una ambientación un poco más bizarra para anunciar la ‘Variation V’. Más adelante, en la siguiente ‘Variation’, el grupo baja el nivel de intensidad y transita más decididamente por senderos más evocativos, comenzando con un solo de piano, continuando con una exhibición de calidez sinfónica, para luego a partir de aquí elaborar un clímax bien definido. El swing tan marchoso de la ‘Variation VII’ sostiene un pasaje particularmente vibrante, logrando que los motivos recurrentes nunca se hagan tediosos ni caprichosamente cargosos. Hay una sensación de ascenso que se va enarbolando de manera tremendamente cuidadosa. La ‘Coda’ resuelve la conclusión de la suite en un tono un tanto melancólico, aunque no por ello exento de energía.


‘Satyrs’ cumple solventemente con la difícil tarea de seguir detrás de la suite; la estrategia de ir por un camino muy diferente resulta efectiva. Tenemos aquí una pieza donde la guitarra ocupa una esfera predominante, contando además con un manejo más ligero de la complejidad rítmica a través del siempre exigente desarrollo compositivo. El uso de ciertos trucos “tangueros” en algunos momentos es una ocasión bastante curiosa, pero más me llama la atención ese pasaje lento en clave de psicodelia pesada que antecede al cierre, pues su espíritu misteriosamente denso resulta una sorpresa bien instalada en medio de la colorida vorágine instrumental. ‘Simurgh’ se embarca plenamente dentro de las coordenadas sinfónicas, exhibiendo una fastuosidad exquisita y elegante: la utilización de pasajes al estilo Latin jazz no pretende crear contraste sino guiar el desarrollo de la inspiración compositiva hacia un enfoque razonablemente ecléctico. ‘Behemoth’ se orienta por un sendero un poco más grisáceo, apoyado en un tempo semi-lento y densas cortinas de sintetizadores “mellotronizados” que edifican un bloque sonoro suntuoso, bastante afín al esquema crimsoniano de los 70s. Con los disonantes fraseos de la guitarra solista y las mágicamente cósmicas líneas de sintetizador, esta estilizada densidad adquiere un aura envolvente. ‘Legal Identity V’ cierra el repertorio oficial de “Ouroboros” con una manifestación pletórica de bombástica explosividad progresiva, donde los instrumentos se amalgaman perfectamente en un frenesí común.

Lo último que realmente escuchamos del disco es la ejecución de extracto de la suite ‘Mysticae Visiones’ (del álbum del mismo nombre) en el contexto del festival Gouveia Art 2007. Esta versión en vivo tiene realmente más polenta que la de estudio, y es una pena que no haya más espacio para mostrar más de esta excelente actuación. Pero bueno, la razón de ser de este disco está en los seis temas de estudio, los cuales suponen un nuevo cénit musical para KOTEBEL. Parte del disco se puede escuchar en el enlace http://www.myspace.com/kotebel

“Ouroboros” es un bestiario progresivo que recomiendo a ojos (y oídos) cerrados.

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