Tuesday, June 23, 2015

MAAT LANDER, la nueva galaxia dentro del universo del space-rock


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar al trío ruso MAAT LANDER, el mismo que está conformado por Arkady Fedotov [teclados, sintetizadores, bajos con y sin trastes], Ilya Lipkin [guitarras, mandola] e Ivan Fedotov [batería, percusiones, tambores electrónicos, campanas de escuela]. Si los nombres de estos tres músicos nos suenan en algo familiares es porque los hermanos Fedotov son integrantes del grupo VESPERO, grupo del cual hemos reseñado varios discos en este mismo blog. El otro integrante de este trío, el Sr. Lipkin, es, a su vez, miembro del grupo THE RE-STONED. MAAT LANDER es esencialmente un súper-grupo de space-rock progresivo ruso que se armó por el simple gusto de que sus integrantes disfrutaran de la oportunidad de colaborar en creaciones sinérgicas dentro de la provincia estilística que dominan en sus respectivos grupos de origen. El primer resultado concreto de esta sinergia es este disco fabuloso llamado “The Birth Of Maat’s Galaxy”, grabado y producido a lo largo del primer tercio del presente año 2015, para ser publicado en abril último a través de R.A.I.G. Records; veamos ahora los detalles del disco en cuestión.


‘The Comet Rider’ da inicio al viaje musical de “The Birth Of Maat’s Galaxy” con un vigoroso colorido lleno de gancho y nutrido por un dinamismo llamativo. Los matices arábigos de los sucesivos solos de sintetizador y guitarra nos remiten instantáneamente a los paradigmas de OZRIC TENTACLES y QUANTUM FANTAY. ‘Alnilam’ enfatiza el factor folklórico al dar presencia protagónica a la mandola en el núcleo temático y desarrollar una atmósfera meticulosamente etérea desde la triangulación de capas cósmicas de teclado, cadencias rítmicas ensoñadoras y ornamentos sintetizados oníricos. Con las dos siguientes piezas, tituladas ‘Spiral Arms’ y ‘To Johannes Kepler’ respectivamente, el trío se apresta a seguir ampliando sus recursos sónicos. En el caso de ‘Spiral Arms’ disponemos de un momento de pura extroversión donde los modelos de HAWKWIND y OZRIC TENTACLES se cruzan con impoluta fluidez a la par que establece nexos con recursos modernos propios de HYDRIA SPACEFOLK. Por su parte, ‘To Johannes Kepler’ – a la sazón, el tema más extenso del álbum al ocupar casi 9 ½ minutos de tiempo – sirve para que el grupo explore vías de absorbente y envolvente expansión de su voz musical dentro de los bien demarcados confines de un medio tiempo. El elemento electrónico tiene ciertas inspiraciones en los modelos del VANGELIS de la segunda mitad de los 70s y del TANGERINE DREAM 74-78, por lo que el ambiente lisérgico que se explaya con tanta liberalidad nos suena tan abstracto como embrujador. Tras un breve preludio de guitarra de neto sabor Floydiano, el cuerpo central de ‘Aquarius’ se instala hermanándose en innegables aires de familia con ‘Spiral Arms’ y ‘The Comet Rider’, pero la actitud del grupo es la de desarrollar una diversidad temática más pulida, pasando por varios giros alternados entre lo exultante y lo flotante. Algunos de los mejores solos de guitarra eléctrica del álbum se encuentran aquí.


La segunda mitad del repertorio del disco comienza con ‘Gliese 581’, pieza que instaura un clima de ensueño espacial por vía de la inteligente utilización de texturas a la guitarra y los sintetizadores, mientras la sección percusiva se mantiene un perfil sutil. ‘Lunar Rocket’ se pasa frontalmente al terreno del viejo HAWKWIND con trazas de blues-rock psicodélico con una cuota generosa de dinamismo en el frenético esquema rítmico utilizado para la ocasión. El terreno es idóneo para que la guitarra de Lipkin exhiba sus aristas más filudas a lo largo de toda la pieza. ‘Two Keys To The Sky’ es el tema que sigue a continuación y su propósito es el de volver a explorar las vías y estrategias del progresivo electrónicos de los 70s: muy a lo krautrock por el lado de TANGERINE DREAM y CLUSTER, con guiños adicionales al VANGELIS de la época del “Albedo 0.39” y “Spiral”. La secuencia de los dos últimos temas, ‘Coma Berenices’ y ‘The Birth Of Maat’s Galaxy’, ocupa un espacio conjunto de casi 19 minutos. Para su sección inicial, ‘Coma Berenices’ regresa de lleno al patrón de OZRIC TENTACLES y lo hace exhibiendo una musculatura convincente sobre una armazón rítmica de 6/8. Los climas electrónicos son los suficientemente envolventes como para mantener la coherencia interna de la pieza cuando ésta vira hacia una vitalidad más patentemente robusta en una segunda instancia, retomando así ese tipo de atmósferas rotundas que ya disfrutamos antes en ‘Spiral Arms’. El cierre completa el círculo temático con un regreso a la ensoñación electrónica, pero esta vez con un talante reposado. En fin, la pieza homónima prosigue a paso firme por las sendas de rock cósmico y texturas electrónicas que ya apreciamos en temas precedentes – especialmente, ‘Gliese 581’ – con el propósito de motivar una actitud contemplativa en el oyente. En la última sección las cosas se intensifican un poco bajo la guía de una alucinada guitarra que desarrolla unos fraseos magníficos al más puro estilo de STEVE HILLAGE.


MAAT LANDER es un colectivo de jóvenes veteranos en el oficio de revitalizar el paradigma space-rockero de la tradición progresiva: esto explica que tengan tanto refinamiento y tanto vigor que ofrecer en el material de “The Birth Of Maat’s Galaxy”. Pero, además, el hecho de que sus integrantes hayan creado una camaradería musical tan sólida procediendo de dos entidades musicales diferentes se refleja cabalmente en la aureola de libre espiritualidad que se explaya en la realización de las ideas centrales del repertorio de este disco que recomendamos al 100% como parte de una buena colección de rock progresivo contemporáneo.


Muestras de “The Birth Of Maat’s Galaxy”.-


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