Tuesday, August 29, 2017

Nuevas exploraciones en el sinfonismo italiano de la mano de PHOENIX AGAIN


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca volcar nuestros ojos y oídos a la escena progresiva italiana para centrarnos en el grupo PHOENIX AGAIN y su más reciente disco que lleva el título de “Unexplored”. Las raíces de este grupo se remontan tan lejanamente como los inicios de la década de los 80s. El ensamble a cargo de la gestación y grabación de este nuevo disco está conformado por Antonio Lorandi [bajo y voz], Silvano Silva [batería, percusiones y voz], Sergio Lorandi [guitarras eléctricas y acústicas], Andrea Piccinelli [teclados], Giorgio Lorandi [percusiones y voz] y Marco Lorandi [guitarras eléctricas y voz]. Parece, con solo leer estos créditos, que esta banda es poco menos que una empresa familiar, y en cierto sentido es así porque los orígenes del grupo al que comentamos en esta ocasión se remontan a los inicios de los 80s cuando los hermanos Claudio, Antonio y Sergio Lorandi (voz/guitarra solista, bajo y guitarras, respectivamente), en asociación con el baterista Silvano Silva, formaron el grupo PHOENIX bajo las influencias de PINK FLOYD, GENESIS, KING CRIMSON y VAN DER GRAAF GENERATOR. Antes de separarse a fines de los 90s, ya el grupo había evolucionado hacia algo más centradamente sinfónico, pero no lograba nunca un contrato de grabación propiamente dicho. El grupo decidió reunirse y recomponerse en el año 2007 tras la muerte de Claudio, lo cual hizo a la banda rebautizarse como PHOENIX AGAIN y dedicarse a ella con especial fervor. Publicado a inicios de mayo último por el sello Black Widow Records, “Unexplored” sigue a los dos álbumes predecesores “ThreeFour” (2011) y “Look Out” (2014); veamos ahora los detalles de su repertorio 


‘That Day Will Come’ abre el disco, una canción robustamente instalada sobre grooves y esquemas rítmicos complejos (mayormente en 7/8) mientras los ágiles motivos instrumentales destilan un sutil aire arábigo. Ya para las partes cantadas, la intensidad extrovertida deja paso a aires más calmados, pero se trata de un recurso momentáneo. Luego sigue el instrumental ‘Silver’ (salvo algunos tarareos ocasionales, todo sonido es puramente instrumental), una pieza que prosigue por los caminos de estrategia melódica sofisticada desarrollada sobre complejas armazones rítmicas que ya se había iniciado solventemente con el primer tema y que ahora llega a una renovada plenitud. De este modo, el disco conquista rápidamente su primer cénit de expresividad progresiva, y lo mejor es que este punto culminante se perpetúa con la llegada del siguiente tema, ‘The Bridge Of Geese’. También instrumental, comienza con una ceremoniosidad otoñal bajo la p6auta de las escalas de guitarra acústica mientras las capas de sintetizador ornamentan el asunto con un aura cósmica. No mucho más adelante, el ensamble en pleno da rienda suelta a su recurrente mezcla de sensibilidad melódica y estilizada musculatura. Esta pieza que dura poco menos de 6 ½ minutos hubiera llenado de orgullo a bandas como PREMIATA FORNERIA MARCONI o IL CASTELLO DI ATLANTE… pero es de PHOENIX AGAIN, así lo dictaron las Parcas. ‘Whisky’ vira hacia un medio tiempo con bastante presencia guitarrera, lo cual significa que la pieza en cuestión está diseñada para que la banda muestre su nervio más rockero – con medidos matices blueseros – dentro de su ideario progresivo. También se nota un realce de la dupla percusiva en varios parajes del entramado sonoro.

Abriendo la segunda mitad del repertorio, el breve tema ‘Close To You’ comienza con sonidos de pasos antes de que la guitarra acústica abra camino a un motif sereno e introspectivo. Un bellísimo interludio cuya envolvente sobriedad nos viene bien para seguir adelante con los próximos ejercicios de pura fastuosidad progresiva que habrán de completar lo que queda del repertorio de “Unexplored”. En su primera mitad, ‘Valle Della Luna’ utiliza esta idea de fastuosidad de una manera luminosa a través del empleo de atmósferas etéreas que permiten que se dé una pulida fluidez en el encuentro entre los sinfónico y lo fusionesco. La guitarra acústica, que en ‘Close To You’ se encerraba en su propia melancolía, ahora emerge saltarina mientras las capas y orquestaciones de teclado sutilmente van intensificando su presencia. De este modo, la segunda mitad de ‘Valle Della Luna’ se proyecta hacia una reconstrucción de los ambientes predominantes de las piezas #1 y #3. Los solos de guitarra y de sintetizador que entran a tallar aquí están entre los mejores de todo el disco. Una breve remodelación del primer motif sirve como efectivo epílogo. La dupla de ‘To Be Afraid – Ansia’ y ‘Great Event’ se encarga de cerrar el repertorio del álbum. ‘To Be Afraid – Ansia’ comienza como una cálida balada sinfónica que no se halla muy lejana de los estándares de LE ORME y GENESIS, para luego virar hacia un recurso de pomposidad lírica al estilo de CAMEL mientras designa aperturas al retro-prog sistemático de unos KARMACANIC. En fin, ‘Great Event’ prosigue por la línea de trabajo marcada por un dinamismo típicamente sinfónico al modo de CAMEL, haciendo que el motif central se regodee grácilmente en su candor inherentemente romántico. Es una pena que la pieza en sí dure solo 2 ¼ minutos, pues su gancho es bastante llamativo, pero todavía queda algo más tras dos minutos de silencio: una coda pastoral marcada por guitarras acústicas, clavicordio y percusiones que nos remite tanto al fulgor delicadamente palaciego de unos PFM como a la faceta bucólica de ANTHONY PHILLIPS. Así llegamos a completar la experiencia de “Unexplored”, un disco bastante bonito que nos ha de motivar a prestar atención a PHOENIX AGAIN como una interesante alternativa dentro del sinfonismo nostálgico italiano de nuestros tiempos.


Muestras de “Unexplored”.-
Silver: https://phoenixagain.bandcamp.com/track/silver

Saturday, August 26, 2017

El nuevo vuelo musical de RESISTOR


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Tres años después de “To The Stars” y seis después de “The Secret Island Band Jams”, la gente de RESISTOR vuelve a ofrecernos otra joya musical progresiva con “Underground”. Mencionamos a los dos discos anteriores (tercero y cuarto de la banda en cuestión) porque fue con ellos que este ensamble liderado por el multiinstrumentista Steve Unruh alcanzó una bien definida plenitud estilística dentro del gran escenario de art-rock del presente decenio. Pues bien, por suerte, “Underground” – publicado en los primeros días del presente año 2017 por vía independiente – está muy a la altura de los discos precedentes: su repertorio de 10 temas es sólido, ágilmente variado y convincentemente inspirado en sus diseños melódicos. También juega a favor la dosis de habilidad técnica que el cuarteto conformado por Unruh [guitarras, violín, flauta y canto principal], Rob Winslow [bajo], Barry Farrands [batería y canto de apoyo] y Fran Turner [guitarras] ha invertido en los arreglos definitivos de este nuevo material. Un detalle importante de “Underground” es que se trata de un disco conceptual cuya trama se centra en una prisión subterránea donde los internos, asesinos y activistas, tienen sus memorias lavadas de sus cerebros y son abandonados a su suerte en sus respectivos encierros, incluso con un fomento de la pelea a muerte entre ellos por parte de la administración del sistema carcelario. El antihéroe en quien se centra la ilación temática de las canciones de este disco logra escapar de esta dantesca prisión y regresa a la que era su ciudad de residencia, con lo cual empieza a ser confrontado con las malas acciones que le había llevado a su destino presidiario. ¿Qué debe hacer ahora que está viendo a su vieja vida con nuevos ojos? ¿Tratar de aceptarse a sí mismo como alguien que puede renacer con un yo nuevo?, ¿o aceptar su culpa con plena conciencia y regresar voluntariamente a su encierro subterráneo? Bueno, con este dilema nos deja la narrativa creada por Unruh; veamos ahora lo estrictamente musical.   


El punto de partida del disco llega de la pieza curiosamente titulada ‘Arrival’. Son 7 ¾ minutos de rock robusto y moderadamente sofisticado, dueño de un carisma cañero bastante solvente. El detalle del solo de guitarra acústica resulta bastante simpático a la hora de añadir un matiz inesperado. Tras asentarse sobre un medio tiempo en una primera instancia, el groove se intensifica en la segunda sección de tal modo que vira hacia una dimensión heavy progresiva contundentemente resuelta en torno a su propio groove blues-rockero: aquí se incluye un fabuloso solo de violín eléctrico, además de las consabidas gracias de las guitarras duales. Con la dupla de ‘Cathedral’ y ‘Wire’, el grupo se dispone a explorar una mayor diversidad de matices dentro de su bien delineado esquema sonoro: el primero de estos temas ostenta una inspirada combinación de psicodelia y stoner con ligeros ribetes jazz-rockeros, enriquecida con aportes al violín y a la flauta del siempre inquieto Unruh; el segundo nos remonta a los tiempos de los LED ZEPPELIN de los álbumes cuarto y quinto, aunque con un vigor más cercano a la faceta aguerrida de unos KANSAS. En este sentido, el grupo nos muestra fehacientemente su faceta más luminosa. Perpetuando en buena parte la furia de la canción inmediatamente anterior pero portando una aureola folklórica que en este momento resulta novedosa, ‘Killers And Activists’ es una canción airada que suena a un híbrido de los primeros BLUE ÖYSTER CULT, los JETHRO TULL de la etapa 69-70 y el paradigma clásico de unos BLACK SABBATH. Ahora la luz porta, además de fulgor, acritud; la musculatura de los guitarreos se impone por sí misma así como las vibraciones saltarinas elaboradas por la dupla rítmica. ‘Discovery’ comienza con un aura cálida donde el violín y los suaves rasgueos de guitarra imponen el swing inicial con una espiritualidad sutil, mas eso no durará mucho pues el cuerpo central pronto se focalizará en la modalidad de semibalada progresiva movida por un fragor sobrio. La alternancia de 7/8 y 4/4 está muy bien trabajada.


‘Running Into Walls’ se revierte hacia las dimensiones más robustas y sofisticadas del ideario musical grupal. A medio camino entre el progresivo hard y el acid-folk, casi al modo de un híbrido entre CURVED AIR, KANSAS y LED ZEPPELIN, esta poderosa canción (casi íntegramente instrumental) se complace en desplegar su propio dinamismo viril a través de una vigorosa ingeniería sonora que se sostiene a las mil maravillas sobre un recio esquema rítmico. El violín habla de tú a tú a la guitarra mientras la dupla rítmica se centra en fortalecer su esqueleto fulguroso. De lo mejor del álbum, no nos cabe duda… ¿no será, al fin y al cabo, nuestra pieza favorita? Sigamos. La dupla de ‘Atonement’ y ‘Trascendence’ nos obsequia 12 ½ minutos de exploraciones en las dimensiones más reposadas del molde estético de RESISTOR. ‘Atonement’ porta una aureola mesuradamente extrovertida en base a su swing de tenor R’n’B, el cual es manejado con un apropiado pulso rockero. Las bases de teclado nos remiten al paradigma de STEVIE WONDER mientras la instrumentación global nos sigue recordando a los CURVED AIR de los dos primeros álbumes. Poco a poco la canción se va disipando en una calmada introspección, lo cual sirve para asentar el suelo sobre el cual ha de pisar ‘Trascendence’, una balada límpida que parece penetrada por un talante estoico. El ambiente se intensifica ligeramente cuando llega el turno del solo de guitarra en algún lugar del intermedio, y es allí donde la canción vira hacia una expresividad más densa, aunque nunca de forma destada. Durando poco más de 9 minutos, ‘Blackout’ es la segunda canción más larga de “Underground”. Comenzando con un sigiloso prólogo alimentado de aventureras florituras de flauta, el cuerpo central que no tarda en instalarse ostenta un efectivo híbrido de JETHRO TULL y URIAH HEEP. Antes de llegar al último pasaje cantado, los jams instrumentales trabajan meticulosamente la llamativa vibración rockera en curso.  

La maratónica ‘Halls Of Home’ ocupa los últimos 24 minutos y pico del disco. Comenzando con acordes de guitarra acústica dentro de un clima sereno, no tarda mucho en emerger una serie diversa de motivos enérgicos cuyas pautas expresivas van desde una ceremoniosidad relativamente dramática hasta el frenesí vigoroso propio del heavy prog. También hay momentos donde se hacen notar seriamente los guiños a la vieja tradición del rock duro de los 70s (LED ZEPPELIN, BLACK SABBATH) así como al paradigma stoner. Cerca de la frontera del minuto 14, las cosas viran hacia un reprise del prólogo antes de que el grupo se ponga a explorar ambientes psicodélicos dentro de la pesadez persistentemente predominante, aunque siempre abriendo ocasionales espacios breves a parajes sutiles. Las variaciones de ambientes y pasajes siguen su marcha triunfal hasta llegar al momento final con un tenor reflexivo, incluyéndose un hermoso (y demasiado breve) solo de guitarra clásica. Un gran broche para un magnífico disco que vuelve a poner a los RESISTOR donde se merecen: en el centro geométricamente exacto de nuestra atención melómana. Steve Unruh & co. se han lucido como han querido en la gestación y producción de “Underground”. A despecho de lo que significa la palabra del título, en lo estrictamente musical este disco no es un realmente una excursión sónica hacia los parajes del inframundo sino un planeo inteligente y ambicioso por los cielos más agresivos del cosmos del rock progresivo. Recomendado al 100%. 


Muestras de “Underground”.-
Halls Of Home: https://resistor222.bandcamp.com/track/halls-of-home-2    

Wednesday, August 23, 2017

PERIDONI: la fuerza de una roca en la vanguardia rockera estadounidense


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Desde su rincón de Cincinnati, Ohio, la gente de PERIDONI vuelve a la carga con su propuesta progresiva para los tiempos de ahora: un híbrido sobrio de sinfonismo, psicodelia, jazz-rock, sensibilidades electrónicas y vanguardia pop al estilo de las escuelas de RADIOHEAD y MUSE. Su nuevo trabajo se titula “Jade” y fue publicado a fines de enero pasado por vía independiente. Este cuarteto conformado por Cory Donnini [guitarras eléctricas y acústicas] , Kaleb Perrin [bajo y canto], Ben Steinkamp [batería] y Kevin Harris [teclados y sintetizadores]  concreta con éste, su segundo trabajo de larga duración, consolidar su propuesta ecléctica mientras amplía sus subterfugios estilísticos con miras a madurar las proyecciones performativas del ensamble. La cosa ha funcionado muy bien en la secuencia de las piezas que conforman el repertorio de “Jade”, disco al cual ya designamos desde el primer párrafo de la presente reseña como un triunfo artístico. Veamos ahora los detalles de dicho repertorio, ¿de acuerdo?



‘Fission’ abre el álbum con una exhibición jazz-progresiva cuya exquisitez se siente arraigada en los legados simultáneos de WEATHER REPORT y BRUFORD con unos aires modernos que nos remiten a la faceta menos filuda de unos TRIBAL TECH. El esquema compositivo es, en líneas generales, sencillo, pero son los arreglos del ensamble los que permiten que el tema goce de una sofisticación especial. Acto seguido llega el turno de ‘Follow Thru’, tema que sucede al esplendor particular de la pieza de entrada con un parcial viraje hacia la psicodelia progresiva, lo cual hace que el encuadre melódico creado para la ocasión adquiera un renovado talante etéreo que favorece una suerte de priorización de lo sinfónico sobre lo jazz-progresivo. Así, parece que ahora nos encontramos en el terreno de la hibridización entre HIDRIA SPACEFOLK y KARMACANIC: en la parte inicial opera un swing garboso sobre el que se instala la ingeniería sonora global, pero pronto se instala el aura predominante que hemos descrito antes. La semilla está sembrada para que el grupo se asiente sobre terreno firme en la forja y el pulido de las aristas más ambiciosas de su visión musical, y es en este contexto que resulta idóneo que ‘Pendulum’ imponga su presencia como la pieza más extensa del repertorio (dura casi 9 minutos). La bien articulada confluencia entre las vibraciones sinfónicas en las labores de guitarra y teclado y la delicada base jazz-rockera armada por la dupla rítmica se proyecta con una magia cautivadora a través de la claridad melódica que se va esparciendo a paso firme. El asunto está a medio camino entre CAMEL y SPECIAL PROVIDENCE, con algunos toques de PLANET X insertados para potenciar el efecto deseado. También se abren algunos espacios para la elaboración de algunas capas y ornamentos espaciales de sintetizador que entran a tallar con una adecuadamente sobria efectividad. El cuarto tema del álbum es el que le da título al mismo, y su estrategia temática consiste en exponer un solvente híbrido de RADIOHEAD (etapa del segundo disco) y MARILLION (etapa del nuevo milenio), lo cual supone un abierto contrapunto a la táctica de exquisita luminosidad jazz-progresiva que había sido predominante en los primeros 20 minutos del repertorio.

Con la dupla de ‘Prisma Color’ y ‘Shimmer’, el ensamble se decide a ahondar en sus recursos de dinamismo grácil, dándose en el primero de estos casos una versión ligera del discurso space-rock progresivo donde se incorporan elementos neo-progresivos junto a un estupendo solo de guitarra al estilo de JEFF BECK cerca del final. Por su parte, ‘Shimmer’ instaura cercanías con la faceta cósmica de unos PORCUPINE TREE además de los RADIOHEAD de la fase 2003-7 y la faceta más sofisticada de MUSE, estableciendo una aureola un poco menos extrovertida que la de la canción precedente. Una vez más, un solo de guitarra cercano al momento final impulsa un dinamismo climático merced a su capacidad de mezclar florituras virtuosas y matices sugerentes. Por el momento, parece que el disco se había orientado hacia un cierto tipo de luminosidad sonora en la secuencia de los tres primeros temas, mientras que a partir del cuarto, una nueva orientación se ha venido reconstruyendo: pues bien, en este punto es que ‘Shimmer’ establece una nueva cima expresiva. Así las cosas, mientras nos acercamos al final del álbum, llega el turno de ‘Are You There’, una canción melancólica en clave de pop-rock con sobrios ornamentos progresivos. Aunque la canción en sí no es muy larga (dura poco menos de 5 minutos y cuarto), permite que se geste en su pasaje final un envolvente solo de sintetizador que se luce con la fineza propia de la orfebrería. Algunos resabios hay aquí de los TALK TALK del segundo álbum, pero básicamente se trata de un ejercicio cálido de rock accesible ornamentado con una luz señorial. Ocupando los últimos 5 ¾ minutos del disco, ‘Static Array’ establece una interesante excursión en el dinamismo flotante propio del paradigma del post-rock sobre la base de un esquema rítmico moderadamente complejo. En sus minimalistas ejercicios respectivos, la guitarra y el teclado se dan buena mañana para motivar un retrato sonoro de espiritualidades crepusculares y paisajes otoñales. Para nada terrorífico sino mágicamente misterioso, el clima relajadamente noctámbulo que marca a esta pieza de cierre nos invita a decir adiós a la luz sin miedo a la oscuridad.  



Si con su disco del anterior año 2016 “Pixel Pieces On A Parallel Plane” la gente de PERIDONI había logrado captar nuestra atención con una actitud de gentil admiración, ahora con “Jade” demuestra que se halla en un estado de creativa evolución musical dentro del encuadre ecléctico que ha escogido como posición particular dentro del variopinto escenario del art-rock de nuestros días. Bendiciones al grupo PERIDONI por las refrescantes alegrías melómanas que nos brindan.


Muestras de “Jade”.-
Follow Thru: https://peridoni.bandcamp.com/track/follow-thru

Sunday, August 20, 2017

WESERBERGLAND: una nueva forma de hacer krautrock


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar a WESERBERGLAND, un proyecto progresivo de inspiración krautrockera que gira en torno a dos jóvenes veteranos de la vanguardia noruega de los tres últimos decenios: Ketil Vestrum Einarsen (flauta, clarinete, teclados, guitarras y programaciones) y Mattias Olsson (batería y percusiones), siendo así que el primero es el líder de esta empresa musical. El enfoque estilístico de este grupo va, como dijimos, por el krautrock, pero su manera tan cálida y colorida de lleva ra cabo esta empresa tan particular también permite hilvanar un sano eclecticismo que incluye elementos de sinfonismo, space-rock y psicodelia. El primer disco producto de esta asociación es “Sehr Kosmisch, Ganz Progisch”, publicado a fines de mayo pasado. El ensamble se completa con otros dos músicos llamados Gaute Storvse y Jacob Holm-Lupo, quienes se turnan en las labores al bajo y a la guitarra; por supuesto, este último nos suena de WHITE WILLOW, ¿a que sí? Mirando a la dupla fundadora de WESERBERGLAND, por supuesto que ese trabajólico del rock progresivo contemporáneo que es Mattias Olsson también nos remite a la etapa presente de la banda italiana IL TEMPIO DELL CLESSIDRE, así como en WHITE WILLOW, KAUKASUS, NECROMONKEY, MOLESOME, además de su glorioso pasado en ÄNGLAGÅRD. Su colega Vestrum Einarsen es un veterano de JAGA JAZZIST, GEIR LYSNES y MOTORPSYCHO, y ya ha tenido una membrecía vecina con la de Olsson en KAUKASUS, proyecto también enfocado en darle un giro novedoso y más fresco al legado electrónico krautrockero a la música progresiva de hoy en día. 
Otros colaboradores de turno son los teclistas Lars Fredrik Frøislie, Stephen James Bennet y Brynjar Dambo, el trompetista  Tetsuroh Konishi, el saxofonista Lars Horntveth, el trombonista Erik Johannessen y el guitarrista Einar Baldurson, además de contar con Roger Langvik como creador de efectos sonoros cibernéticos para el último tema del disco. Lo que brinda de novedoso el ideario sonoro de WESERBERGLAND es, como repetimos, una estrategia más cálida a esta vertiente musical. A propósito, el nombre del ensamble viene de las colinas de Weser, situadas en la Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia. Posiblemente sea esta imagen rural la que explique el porqué del enfoque musical diseñado por el dúo, en oposición a inspiraciones urbanas y posmodernas. Pero bueno, es solo una especulación de nuestra parte y ya va siendo hora de recorrer los detalles del repertorio de “Sehr Kosmisch, Ganz Progisch”.



El repertorio del álbum comienza con ‘Tanzen Und Springen’, una pieza mágica y cautivadora que en su primera parte se complace en desplegar un dinamismo sobriamente etéreo sobre un compás meticulosamente articulado en su arquitectónico swing. El modo en que van fluyendo las capas de sintetizador, tanto en lo que se refiere a las cortinas básicas como al conciso motif, determina a casi la totalidad del ambiente sonoro en curso. Cuando más adelante emerge un flotante solo de guitarra, el cálido despliegue de psicodelia progresiva asume un cierto aire sinfónico: de hecho, este solo emite un aura Genesiana francamente inocultuable. Para la segunda parte, la pieza vira hacia un talante post-rockero sabiamente impregnado de vibraciones electrónicas, casi al modo de una cruza entre RED SPAROWES, los TANGERINE DREAM de fines de los 70s y HARMONIA: lo que antes era calidez envolvente ahora se convierte en melancolía crepuscular arropada por una ingeniería musical amable. Un nuevo solo de guitarra asienta una actitud asertiva con una imponente riqueza emocional antes de que la batería se quede sola durante el fade-out. Luego de este estupendo inicio de álbum sigue un tema que dura casi 15 ¾ minutos y que se titula ‘Das Trinklied Von Jammer Der Erde’. En una primera instancia, las cortinas de múltiples sintetizadores en torno a las que se centra su cuerpo central nos remite a un híbrido de los KRAFTWERK de la etapa 74-75 y al JEAN-MICHEL JARRE del periodo 78-82, aunque las crecientes dosis de intensidad y groove que Olsson crea con su arsenal percusivo a través del rectamente delineado swing aportan un muy eficaz recurso de musculatura al asunto. El compás en 7/8 que se emplea en algún momento ayuda a instaurar una irresistible aureola de sofisticación progresiva: la alternancia de bellos solos de sintetizador y guitarra también ayudan mucho al respecto. Cuando entra a tallar un fabuloso solo de flauta, el colorido sonoro completa todo su potencial mientras nos preparamos para recibir cualuqier nueva variante que vaya a surgir... y en efecto, poco antes de llegar a la frontera del octavo minuto, nos topamos con un llamativo interludio donde confluyen los TANGERINE DREAM del “Stratosfear” y los PINK FLOYD de la etapa 73-75. Así, el ensamble se prepara para otro momento climático donde da rienda suelta a su magnificencia esencial portando el empuje de toda la labor previa, desembocando finalmente en un epílogo cósmico que comienza en clave delicada y termina con un leve matiz perturbador. Aquí hemos tenido tal vez el cénit definitivo del disco, pero todavía nos quedan 21 minutos de deleite melómano en el horizonte cercano.

Comienza la segunda mitad del disco con ‘Die Kunst Der Fugue’, otra pieza de considerable duración (ocupa un espacio de 12 minutos). Ésta se proyecta durante más de ocho minutos sobre un groove llamativo y contundente manejando una ingeniería fastuosa en su sólida amlagama de sintetizadores y guitarras. A partir de allí, vira drástica y radicalmente hacia una arquitectura rítmica electrizantemente compleja donde Olsson se erige como erudito déspota de la situación; por su parte, la claridad melódica vertida en los imparables fraseos de la guitarra y los majestuosos arreglos de los múltiples teclados inundan espacios por doquier al modo de una orgía palaciega que se desborda bajo la única iluminación de una aurora boreal. Estupenda, realmente estupenda resulta esta mezcla de lo tenso y lo celebratorio que parece reflejar el neurótico festejo en nombre de una gesta difícil. En fin, ‘Tristrant’ pone fin a las cosas usando un enfoque un poco más cáustico (solo un poco) al esquema rítmico, los arreglos de teclados y el desarrollo temático – un poco a lo NECROMONKEY y también a lo MOLESOME –, pero siempre abriendo algún espacio para la elaboración y planteamiento de ornamentos que permitan que el resultado final ostente la sofisticación progresiva de la cual este disco ha venido haciendo gala desde el primer instante. Encontramos aquí una nueva instancia de cercanía con el modelo de HARMONIA (especialmente, el segundo disco) y la línea de trabajo de los TANGERINE DREAM en sus últimos discos de los 70s, pero también es cierto que el peso de la dimensión electrónica de los multifacéticos JAGA-JAZZIST sale a relucir a sus anchas. Siendo en lo compositivo la pieza menos enmarallado que cualquiera de las tres piezas precedentes, se impone con fulgurosa autoridad para brindar al repertorio un magnífico broche de oro. 


Todo esto fue “Sehr Kosmisch, Ganz Progisch”, la primera labor musical gestada por esta señorial asociación de los Sres. Vestrum Einarse y Olsson. Esperemos que de los cuarteles de WESERBERGLAND salgan más trabajos musicales en el futuro próximo, pues la verdad que el ítem que acabamos de reseñar nos ha dejado plenamente satisfechos y con ganas de más. ¡Recomendado al 200%!


Muestras de “Sehr Kosmisch, Ganz Progisch”.-

Friday, August 18, 2017

FATES WARNING: volando con alas progresivas de metal


HOLA, AMIGOS PROGRESIVOS, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Aquí estamos hoy concentrando nuestra atención en el cosmos de FATES WARNING y nos topamos, con bastante impuntualidad, cun su álbum Theories Of Flight”, el cual fue publicado por el sello InsideOut Records a inicios de julio del pasado año 2016. Con la alineación básica conformada por el vocalista principal Ray Alder, el guitarrista Jim Matheos, el bajista y corista Joey Vera, y el baterista Bobby Jarzombek. El disco fue grabado cuando todavía estaba Frank Aresti en la banda, pero al final del proceso de producción y teniendo en cuenta los planes musicales que por otros lados el mencionado Aresti, sus contribuciones se redujeron a aportar solos en dos de las ocho canciones que conforman este decimoprimer disco de estudio de la banda formada en Connecticut hace ya 35 años. El grupo se reduce formalmente a cuarteto aunque todavía opera como quinteto sobre los escenarios, esta vez con la participación de Mike Abdow, quien de hecho se hizo cargo del solo en la quinta pieza del disco que tenemos en manos. En líneas generales, Theories Of Flight” sigue por el sendero afirmado por el disco precedente “Darkness In A Different Light” (2013), pero también hay trazos y retazos de recursos sonoros empleados en los 90s y en el primer decenio del nuevo milenio: hay algo de reflexión sintética en el transcurso del repertorio integrado en este disco, pero creemos que ya es hora de observarlo y apreciarlo deteniéndonos en sus detalles. 


Durando poco más de 6 ¾ minutos, ‘From The Rooftops’ abre el álbum comenzando con un groove tribalmente hipnótico que nos remite a una serenidad penetrada por un pathos contenido; más adelante, las cosas viran hacia una intensidad muscular modelada dentro de una arquitectura meticulosamente ensamblada en el encuadre desplegado entre la dupla rítmica y los juegos de armonías y riffs de las múltiples capas de guitarra. Los siguientes 10 minutos del repertorio están ocupados por la ilación de ‘Seven Stars’ y ‘SOS’. La estrategia musical de ‘Seven Stars’ se orienta hacia lo frontalmente llamativo: tenemos un desarrollo melódico que resulta eficazmente accesible, un clima coloridamente robusto para los guitarreos y unas vibraciones dueñas de un innegable gancho. Por su parte, ‘SOS’ continúa parcialmente con el gancho metalero de la canción precedente pero con una marca progresiva más decisiva, lo cual se traduce en un buen manejo de las variantes de motivos y ambientes que se van sucediendo, así como un manejo más liberal de compases inusuales en varios pasajes. La primera composición épica del disco se titula ‘The Light And Shade Of Things’ y entra en acción con el firme propósito de exhibir las dimensiones más sofisticadas del ideario musical de FATES WARNING: de hecho, se puede decir que con los impactos bien dibujados para la secuencia de las tres piezas precedentes, el oyente puede relajarse para recibir algo un poco más fastuoso. La canción comienza con una aureola de sobriedad contemplativa para luego remontarse hacia un recurso de exquisita fiereza rockera donde la mesuradamente trepidante atmósfera expone su señorío sobre un esquema rítmico razonablemente complejo. Notamos clarísimamente los ecos de los álbumes “Parallels” e “Inside Out” en el desarrollo del esquema de trabajo empleado aquí, mientras que la expresividad es directa heredera de la línea de trabajo del disco anterior “Darkness In A Different Light”. Cuando la banda vuelve al sosiego, esta vez el lirismo se enriquece con la inclusión de guitarras acústicas en las armonías básicas. En realidad, se trata de un breve puente hacia una sección final marcada por una luminosidad rabiosa, debidamente ornamentada con hermosos solos de guitarra de talante espartano. Los instantes finales apropiadamente muestran un halo de sutilmente triste aplomo. A propósito, ¡cómo resuenan estas líneas: “Forget falling down, forget all that you've been. / It's time to face those broken promises. / Oh, burn the past, this thing has to end. / I wish that it felt strange that you feel nothing.”


‘White Flag’ nos devuelve al frenesí cautivador y llamativo de ‘Seven Stars’ mientras exhibe una polenta más pronunciada. El ritmo y el enfoque melódico se sienten vigorosos: definitivamente, el mediodía abre sus cielos tras la neblina sospechosamente atribulada que se había encarnado previamente en la ostentosa magia de ‘The Light And Shade Of Things’. Cuando llega el turno de ‘Like Stars Our Eyes Have Seen’, el grupo se dispone a revisar los elementos primordiales de la canción precedente con el añadido de la fiereza rotunda y contundente que ya hemos disfrutado en las canciones #1 y #3. Esos riffs que suenan como metrallas en las mudanzas y esos sofisticados redobles con los que la batería engalana el groove autoconstreñido con el que se arman los estribillos nos remiten a un híbrido entre la época del “Disconnected” y, nuevamente, la del “Darkness In A Different Light”. La segunda maratón sónica del disco se despliega en los 10 ½ minutos que dura ‘The Ghosts Of Home’. Esta vez, la poesía del grupo no apunta a explayamientos en torno a la dualidad luz-sombra sino a cavilaciones solitarias sobre la razón de ser del autoafianzamiento. : las primeras líneas son frontalmente demoledoras – “Where I come from, no one's home. / Twisted branches overgrown. / Skin deep roots over broken bone. / Dust and glass and the ghosts of home.” De todas maneras, se trata del inicio de un arduo camino hacia la aceptación y una renovada espiritualidad: “So goodbye again to empty rooms / and farewell to walls and Windows. / Print them once more in your memory / as the lights recede and the road behind you grows.” El «final feliz» de una reflexión que halló su debido asentamiento. Musicalmente hablando, esta canción se edifica sobre una esbelta fiereza que se moldea sólida y fluidamente a través de los pasajes iracundos así como a través de los más cadenciosos. El ocasional empleo de efectos electrónicos de guitarra y de consola es muy útil a la hora de realzar el vuelo etéreo que caracteriza a los momentos de ponderación e introspección, pero no es languidez lo que encontramos en dichos efectos, sino efluvios de tensiones cerebrales que ansían llegar a la placidez consumada.  



La canción que cierra el álbum es la misma que le da título: ‘Theories Of Flight’ dura cuatro minutos exactos y consiste en un ejercicio instrumental de inspecciones en la faceta más reflexiva del ideario musical del grupo. Comienza como una balada de tenor pastoral que coquetea livianamente con el post-metal, para luego pasar a un breve recurso de dinamismos típicamente prog-metaleros. Mientras el camino termina su círculo con un retorno crepuscular al motif inicial, los efectos de voces que se han hecho presentes desde el punto de arranque se hacen notar más… y todo concluye de forma abrupta, como si el mundo se hubiese hundido en una oscura nada absoluta en un instante cuya fugacidad está más allá de todo cálculo posible. Aquí termina nuestro repaso del repertorio de “Theories Of Flight”, el nuevo muestrario del soberbio y señorial paradigma prog-metalero que los FATES WARNING han venido alimentando y reforzando desde mediados de los 80s, especialmente desde las épocas de clásicos como “Perfect Symmetry”, “Parallels” y “A Pleasant Shade Of Gray”. Aunque en lo estrictamente estilístico, este disco está cercanamente emparentado con lo hecho en el periodo 2004-13, el balance final impone que este disco ha de ser apreciado como una estupenda síntesis de varias facetas que el grupo ha estado explorando en el seno de sus propias latencias y estampas musicales a lo largo de mucho tiempo. Sin duda, una nueva medalla en el podio de la avanzada rockera de nuestros tiempos para estos veteranos que se niegan a caducar en lo que parece ser un vuelo sin fin bajo los cielos del rock prog-metalero.  


Muestras de “Theories Of Flight”.-
The Light And Shade Of Things: https://www.youtube.com/watch?v=sVXSZbCiD70
Seven Stars [video-clip oficial]: https://www.youtube.com/watch?v=0hguUU-VYug 
Like Stars Our Eyes Have Seen: https://www.youtube.com/watch?v=X5kEzbF-MNA

Tuesday, August 15, 2017

Cuartetos de cuerda para las metamorfosis de algunos estándares de JETHRO TULL


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


IAN ANDERSON revisa algunas joyas clásicas – y otras un poco más escondidas – del repertorio de la inolvidable banda JETHRO TULL con este disco titulado “Jethro Tull – The String Quartets”. Trabajando al alimón con el el teclista John O’Hara (miembro de la banda de IAN así como de JETHRO TULL en sus últimos años), la idea de hacer un disco así estaba siendo debatida y planteada por un tiempo hasta que al final llegó a su concreción definitiva. El repertorio del disco incluye clásicos absolutos del catálogo de JETHRO TULL así como un par de rarezas; con sus giras orquestales, IAN ANDERSON ya tenía en mente un borrador completo del tipo de material que podía ser incluido en el disco. Los protagonistas de este disco que tenemos en nuestras manos son los integrantes de The Carducci Quartet: los violinistas Matthew Denton y Michelle Fleming, el violista Eoin Schmidt-Martin y la cellista Emma Denton. ANDERSON les agradece su pasión y dedicación al proyecto… ¡así como que no tuviese que gastar mucho en pagarles su almuerzos porque casi siempre traían ellos sus bocadillos consigo! El material básico fue grabado en la cripta de la Catedral de Worcester y en la Iglesia de St. Kenelm de Sapperton (Gloucestershire), con unas sobremezclas ulteriores hechas en el estudio hogareño del propio ANDERSON. El mencionado frontman extraordinaire agradece a O’Hara todo el esfuerzo conceptual y físico que invirtió en este proyecto de “The String Quartets”. También se pregunta por qué escogió locaciones eclesiásticas para la grabación del disco: en sus propias palabras, “hay una cualidad espiritual y elevada en el ambiente de la Iglesia Cristiana” que él mismo no puede especificar qué es. “Extrañamente, me siento como en casa en nuestras parroquias y enormes catedrales. ¿Soy acaso un cristiano? No, pero si me presionan, puedo conceder que soy un cristiano con c minúscula. Por ahora, eso bastará.” Es un disco bastante bonito, por lo que ya podemos adelantar que este coqueteo intelectual y estético con la fe cristiana ha rendido buenos frutos, pero ahora es el momento de entrar en los detalles del repertorio, ¿cierto? 



Por todo lo alto comienza esta selección cuando esos grooves en 5/4 marcados por los pizzicatos de cello y la viola nos remiten de inmediato a ‘Living In The Past’, una exquisita remodelación de ese primer hit de JETHRO TULL que ahora acorta su título a ‘In The Past’. Las adiciones temáticas que se van desarrollando a lo largo del corazón mismo de la pieza abren espacios para estilizados amoldamientos entre las cuerdas y la flauta: de este modo, la remodelación realizada aquí logra crear nuevos matices para el colorido esencial de la canción original. A continuación sigue ‘Sossity Waiting’, un popurrí sintético de ‘Sossity, You’re A Woman’ y ‘Reasons For Waiting’: el predominio está del lado de esta segunda canción pues la primera de ellas está reformulada de tal manera que pueda integrarse sólida y fluidamente dentro del lirismo imperiosamente romántico de ‘Reasons For Waiting’. Bueno, es justo señalar que nos da pena advertir una vez más cuán gastada que está la voz del maestro IAN, pero a fin de cuentas, era inevitable que hubiese alguna intervención vocal en una de las canciones más evocativas del amplio catálogo de JT. ‘Reasons For Waiting’ sigue y seguirá siendo una balada sublime. ‘Bungle’ es, claro está, ‘Bungle In The Jungle’: aquí tenemos un nivel aceptable de fidelidad a la versión original, siendo así que las cuerdas y la flauta operan en un encuadre igualitario, hablándose de tú a tú. Bajo el ingenioso título de ‘We Used To Bach’ se cobija otro popurrí, esta vez de la balada ‘We Used To Know’ con el ‘Preludio en do mayor’ de JOHANN SEBASTIAN BACH (uno de los mayores referentes de la música académica en la historia de JETHRO TULL). La balada folk se trastoca en delicia barroca cuando Ian decide que el instrumento de su uso sea la flauta, pero sobre todo, cuando O’Hara elabora cálidos y pulcros efluvios de piano clásico como elemento guía del desarrollo temático integral. Los momentos finales son realmente pletóricos de elegante vivacidad. ‘Farm, The Fourway’ es la única remembranza del catálogo Tulliano posterior a la década de los 70s: esta remodelación de ‘Farm On The Freeway’ (del “Crest Of A Knave”, el supuesto mejor disco de hard rock y metal de 1988 según el “comité de sabios” del Grammy). Con esa soberbia introducción de violín ya sospechamos que hemos de encararnos con algo grandilocuente… y en efecto, así es, tenemos 3 ¾ minutos de prestancias manieristas con ribetes románticos. ¡De lo más electrizante en lo referente estrictamente a los arreglos de cuerdas!


Vamos rumbo al ecuador del álbum de la mano de ‘Songs And Horses’, popurrí de ‘Songs From The Wood’ y ‘Heavy Horses’ que es ejecutado solo por The Carducci Quartet. El jolgorio de la primera canción y la melancólica solemnidad de la segunda son recogidas adecuadamente en aras de realzar la riqueza melódica particular de cada ítem dentro de un conjunto perfectamente equilibrado. La coda con la melodía del estribillo de ‘Songs From The Wood’ redondea la faena con precisión quirúrgica y cándida emotividad. Luego sigue una hermosa dupla de ítems procedentes del período del “Aqualung”, que son ‘Wond’ring Aloud’ y ‘Locomotive Breath’: aquí ostentan los modificados títulos de ‘Only The Giving’ y ‘Loco’. ‘Only The Giving’ no se distingue mucho de la versión original (con lo cual no queremos decir en lo absoluto que no vale la pena prestarle atención en este disco), mientras que ‘Loco’ elabora una equilibrada estabilización entre el respeto al original y el manejo de nuevos matices. Cuando llega el turno de ‘Pass The Bottle’, nos queda claro que se trata de una nueva versión de ‘A Christmas Song’, ese prodigio de cinismo moralista navideño que ANDERSON compuso cuando recién estaba aprendiendo a tocar mandolina. La introducción se complace en elaborar un breve juego de suaves disonancias en torno a un clásico canto navideño, pero el cuerpo central respeta, una vez más, el esquema original. La gente de The Carducci Quartet vuelve a explayarse a sus anchas sin la presencia del buen IAN para ‘Velvet Gold’, la nueva versión de ‘Velvet Green’. En poco más de cuatro minutos, las cuerdas se enlazan con el reclamo de ANDERSON (“Hey, Santa, pass us that bottle, will you?”) para centrarnos en una atmósfera festiva y jaranera a través de exquisitos contrapuntos melódicos y complejos tempos. La inspiración renacentista de la versión original adquiere un tenor barroco ahora, y todo fluye muy bien. El esplendor sistemático de esta pieza funciona muy bien como tránsito hacia una actitud más positiva hacia el espíritu navideño y el solsticio de la mano de otra joya de la época de la trilogía folk-rockera: ‘Ring Out These Bells’ (‘Ring Out, Solstice Bells’). La versión de este himno festivo es más comedido, pero va muy a tono con la secuencia que la liga a las dos piezas precedentes. 



¿Y qué es un recopilatorio o un concierto de JETHRO TULL sin ‘Aqualung’? Pues bueno, en este disco no podía faltar tampoco y justamente cierra el repertorio bajo el título de ‘Aquafugue’. ANDERSON se ciñe a la flauta y al canto de la estrofa intermedia, mientras que O’Hara aporta intervenciones al piano y a la celesta. En cuanto al desarrollo temático, las cuerdas se erigen en figuras protagónicas con sus precisos en encantamiento sónicos que alternan momentos de fidelidad con otros marcados por preciosistas variantes. Muy grata la experiencia de “Jethro Tull – The String Quartets”. ¿Se trata de un álbum lleno de “música grandiosa para bodas y funerales para tener algo con qué celebrar, incluso un cumpleaños o algo por el estilo para poner de fondo”, tal como afirmaba IAN ANDERSON en uno de los primeros vídeos promocionales del disco? [Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=sLiYQLC5AKQ] ¡Ja, ja, ja!, quién sabe si sus sugerencias no resultan del todo desviadas, pero bueno, el hecho es que el disco se sostiene por sus propios méritos y que contiene suficientes recursos de belleza musical como para conformar una nueva demostración de aprecio infinito por el legado de JETHRO TULL en nuestras colecciones fonográficas. Es bueno saber que IAN ANDERSON, quien acaba de tener su 70mo. cumpleaños hace unos cuantos días, sigue dispuesto a mantenerse activo en la escena musical.



Muestras de “Jethro Tull – The String Quartets”.-


[Dedico esta reseña a todas las monarcas del mundo.]

Saturday, August 12, 2017

DUŠAN JEVTOVIĆ: en busca de nuevas respuestas


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Hoy tenemos el enorme placer de presentar el nuevo disco del músico DUŠAN JEVTOVIĆ, guitarrista de origen serbio y asentado en Cataluña desde hace bastantes años. El nuevo disco en cuestión se titula “No Answer” y fue publicado por el sello MoonJune Records a mediados del pasado mes de junio. Este disco fue ejecutado por el formato de trío que se completa con Vasil Hadžimanov [pianos acústico y Fender Rhodes, y sintetizador Moog] y Asaf Sirkis [batería]. El material recogido en “No Answer” ha tenido bastantes periplos alrededor del mundo antes de llegar a la edición física que tenemos en nuestras manos, pues fue primeramente grabado en vivo en el estudio La Casa Murada (en la localidad catalana de Banyeres del Penedes) en los días 22 y 23 de febrero del año 2016, para luego ser mezclado y masterizado en un estudio de la capital argentina de Buenos Aires. Así como se lee. Aunque DUŠAN JEVTOVIĆ es el único acreditado con la labor de composición para los nueve temas que conforman el disco, el asunto es que la amalgama sonora creada por los tres músicos en sus siempre lúcidas interacciones termina siendo lo que da forma definitiva a todas las ideas expresadas en el repertorio. Veamos ahora los detalles del mismo, ¿vale?



Durando 5 minutos, ‘Al Aire – Soko Bira’ abre el repertorio con una sinopsis muy cautivante que comienza con envolventes escalas de piano proyectadas hacia un aura etérea y termina con un ejercicio de autoconstreñido vigor psicodélico. Impacta bastante este inicio de álbum. Luego sigue la dupla de ‘Frusci’ y ‘Yo Sin Mi’, los dos temas más extensos del disco. En el caso de ‘Frusci’ tenemos un despliegue de elegantes sonoridades jazz-progresivas que deben tanto al legado de los WEATHER REPORT (etapa pre-Pastorius) como al paradigma de BILL FRISELL, añadiéndose en el camino elementos de la faceta más sofisticada de los TORTOISE. Para las instancias finales, el trío decide establecer un breve recurso de vigor rockero: no se trata de la instauración de un Nuevo motif sino del clímax conclusivo, por lo que El ensamble se siente bien afiatado mientras va sacando el jugo al motif central dentro de un entramado sonoro que se despliega en un inspirado equilibrio entre lo aéreo y lo terráqueo. Por su parte, ‘Yo Sin Mi’ nos transporta hacia un sereno paisaje crepuscular en el cual la guitarra y el piano dialogan gallardamente mientras la batería se asegura de mantener el ánimo relejado de la pieza con un swing delicadamente sutil. El cuarto tema es justamente el homónimo, y ya desde los pasajes iniciales nos damos cuenta de que su misión es la de ahondar en la espiritualidad reflexiva que ya había reinado en la pieza precedente, pero ahora hay un viraje hacia una reciedumbre contundente en el perfil sonoro creado para la ocasión. El guitarreo es fiero en sus fraseos y bases armónicas, como si fuese el instrumento mensajero de una furia cerrada en su propia frustración: el solo de guitarra no resulta excesivamente largo pero sí tiene una musculatura capaz de dejar una fuerte huella en el alma del oyente. La sección de piano que entra a tallar acto seguido también exuda vehemencia, pero esta vez con un señorío un poco más luminoso. Por lo pronto, ya tenemos a ‘Frusci’ y ‘No Answer’ como nuestros temas favoritos de este disco.

Tras el vendaval solipsista de ‘No Answer’ llega el turno de ‘A Ver’, tema que aunque también es calmado tiene una esencia más propiamente etérea; es por esto que nos suena a una especie de retoma de “algún asunto no resuelto” en la pieza que había abierto el repertorio. Un bien logrado híbrido de jazz-rock y post-rock bajo un ropaje psicodélico. ‘Prayer’ y ‘Lifetime’ se encargan sucesivamente de manejar las calibraciones estilísticas ya plenamente instauradas en el esquema de trabajo álbum mientras añaden algunos nuevos matices al asunto. Así, ‘Prayer’ despliega una aureola extrovertida que brinda nuevos bríos a la ingeniería de elegancia y sobriedad que el trío nos ha venido regalando a lo largo del disco. Con un tempo en blues y una cadencia exquisita, la mesa está servida para el jolgorio jazz-progresivo del momento; tal vez tenemos aquí las más impresionantes intervenciones de Hadžimanov al piano eléctrico. Por su parte, ‘Lifetime’ se centra en una atmósfera sumamente intimista donde el enfoque temático es reemplazado por los juegos de texturas: nada se arma aquí, todo va fluyendo sin parar aunque no como un torrente, sino como un cúmulo de gotas de un riachuelo expirante que se complace en testimoniar sus últimos ramalazos de frescura en medio del atardecer. Nos vamos acercando al fin de “No Answer” cuando llega el turno de ‘El Oro’, otro cénit del álbum. Aquí, el trío elabora con total claridad creativa una ingeniería sonora donde todos los espacios para el desarrollo de la estilización temática diseñada para la ocasión, mientras que también se abren espacios para ulteriores expansiones improvisadas. Hay algo de sombrío en el desarrollo temático, pero la grácil altivez de las ejecuciones proporciona una vitalidad peculiar al asunto. Los últimos 8 minutos del repertorio están ocupados por ‘The Place With A View’, una pieza que prosigue por la línea de nocturnidad del tema anterior hasta hacerse realmente oscurantista, incluso densa. Tenemos en este ítem final de “No Answer” un estupendo ejercicio de dinamismos inquietantes que van retorciéndose bajo una niebla surrealista.


Todo esto fue lo que nos ofreció DUŠAN JEVTOVIĆ junto a sus compinches en “No Answer”. Se trata de un disco excelso y robusto y ni siquiera tuvo que recurrir a ostentaciones de algún tipo. Así, sin aspavientos ni grandilocuencias, la ilación de los temas que conforman este disco ofrece recursos de encantamiento musical al oyente empático. Altamente recomendado.  


Muestras de “No Answer”.-
El Oro: https://dusanjevtovic-moonjune.bandcamp.com/track/el-oro