Sunday, September 04, 2005

Esta vez Frances no fue la muda

Setlist: (duraciones aproximadas)
Cygnus...Vismund Cygnus (10 min.)
L'Via L'Viaquez (15 min.)
The Widow (5 min.)
Drunkship of Lanterns (20 min.)

Me cuesta mucho en estos dias asistir a un concierto en una arena o estadio para llenar a decenas de miles. Lo que pasa es que ya no estoy en mis años mozos, y hace ya mucho que pasaron aquellos dias del entusiasmo desbordado que me llevaba a sufrir inmisericorde las largas filas y caoticas muchedumbres para acceder al anhelado ritual musical.

Sin embargo hace unos dias, tuve la buena fortuna de ir con mi damita a ver a The Mars Volta en la arena coliseo de Baltimore, Maryland, pues estaba abriendo [oh, surprise] para System Of A Down. Para ser honesto, no habia escuchado gran cosa de System, con excepcion de oir una vez su ultimo CD [Mesmerize] completo durante un viaje en carro de Washington a Orlando hace unas semanas, curiosamente sin mayor queja de mis dos hijas, mas entretenidas con sus Ipods y demas aparatejos del siglo 21. Es un tanto dificil entender que TMV encontrara en la base de fans de SOAD [o viceversa] un mercado potencial, susceptible de ser penetrado por la complejidad polirritmica del altamente mutable exorcismo Mars Voltiano.

Llegamos temprano a la arena, y despues de la revision policiaca reglamentaria, hicimos camino hacia el bar para disfrutar unas libaciones pre-roqueras. Con el apoyo financiero de mi mujer, recogi del piso mi mandibula despues de haber dejado mas efectivo que si hubiera abierto mi propia cerveceria antes del show – una sola cerveza cada uno tristemente – y asi llegamos al patio central de la arena.

Nuestra sorpresa fue mayuscula cuando caimos en cuenta que eramos los unicos con cerveza en mano, y que ocupaban el frente del escenario un par de cientos de jovencitos y jovencitas no mayores de 18 años [la cerveza solo se vende a mayores de 18] –una buena parte rondando los 15 o 16 – sentados su mayoria. Por su aspecto [algunos mostrando pseudo-afros al estilo de Cedric, con todo y flequito] era obvio que muchos de estos chicos solo venian a ver a TMV y que no estaban aqui para ver a System, carentes sus miradas de la malicia metalera.

Una vez que el rock empezo, ya no se detuvo. Ocho integrantes de TMV al unisono en plena potencia estilistica, en maniaticos despliegues de visceral psicodelia post-hardcore. Dos banderas mexicanas muy visibles colgaban junto a la pared trasera, mientras que la bataca prodigiosa de Jon Theodore blandia el letrero rebelde de “Liberte o la Morte”. En el fondo del escenario, un una araña con decenas de ojos multicolores nos miraba desde el gran lienzo bañado por purpuras irradiantes. La banda se veia como una ciudad nocturna cubierta por rojas luces psicodelicas. Entre la banda y el lienzo, una maquina de luces flasheaba a la multitud con hilos fractales en perpetua dinamica browniana. Mientras varios muchachitos gritaban la entrada del grupo, Cedric aparecio enfundado en un traje negro de corte formal, muy apretado, como si fuera el dia de su boda. Omar con su traje y chaleco y pantalones sastre en rojo mamey [con una camisa negra embotonada hasta el cuello] parecia muy joven y muy saludable. Cedric en cambio parecia tener gripa o algo asi, pues en varias ocasiones cebo una taza de te a la cual agregaba de tanto en tanto gotas de miel, limpiando su nariz con una toallita y escupiendo hacia donde estaba el pobre de Ikey ensimismado con los teclados, que le miraba compunjido.

Los 60 minutos que siguieron fueron – como acostumbra TMV – un borboton de sonidos hipermorfeantes, espectros sonoros de pulsos [anteriormente nunca antes conectados]hilados imperceptiblemente en formas fusionadas impredeciblemente, recordandome que asi ha de haber sido escuchar a King Crimson, CAN o Miles Davis en sus primigenias intervenciones musicales.

La voz de Cedric destemplada al principio, agarro forma despues de entrarle a la “carnita” de 'Cygnus', cuando ya no habia duda alguna de su determinacion para destrozar las mentes de los asistentes sin sudar la gota gorda.Observar como Cedric se convulsionaba en el piso ante el paroxismo de los histericos solos de Omar es verdaderamente inspirador. Su sincronizacion fue perfecta y su energia infecciosa. Ver a estos dos tocar frente a frente nos recuerda como debe tocarse la musica.

A lo largo de la velada, Cedric presumia sus pasitos salseados de patente, blandiendo [muy a la Jim Morrison] el estante del mic entre sus dientes, momentos antes de entrar a una cosmica ‘L’Via’. La segunda parte de 'L'Via' fue muy buena, Omar ataco los ultimos dos solos con acordes blueseros de la mejor alcurnia, con mucho mayor control, un Omar estoico creando ritmos tropico-psicodelicos punkeados y jazzeados que enardecian el cuello maltrecho de su guitarra como nunca antes lo habia escuchado. Los solos de Omar ya no sonaban discordantes, sino mas bien coherentes y apasionados, como si Omar hubiera estado estudiando una guia de estudio de Frusciante.

En varias ocasiones durante el "Jam", Omar busco el timing de Jon, especialmente durante el energetico 'Drunkship', una fiesta aural de primera magnitud. La flauta y el saxo de Adrian Terrazas conmocionaron a mas de uno, sorprendiendo con notas de latin jazz a contratiempo de la retumbante e infinita bateria de tambotes de Theodore [el tipo toca fenomenal, tiene un talento dificil de igualar en estos dias, ademas de ser todo un espectaculo en vivo]. Y era aparente que no estabamos solos pues cada vez que transformaban una loca improvisacion psicodelica en una rola reconocible, la arena erupcionaba en un griterio congratulante.

Cedric continuo sus improvisaciones sin palabras mirando absorto a un Omar poseido, como encendido en una fogata interior, armando un solo reflexivo que solo puedo describir como flamenco-Garcia-Lorqueano, para terminar las ultimas estrofas de ‘Drunkship’ con la banda entera en el conocido crescendo multirritmico y multiinstrumental.

Justo a la hora terminaron. Cedric lanzo el estante del mic hacia el lado izquierdo del escenario y sin decir una palabra ni ver al publico salio decidido, seguido de Omar, este mas contento y saludando a diestra y siniestra. Una buena parte del respetable decidio retirarse del recinto, y una vez prendidas las luces, pudimos ver ahi a la raza metalera, enfundada en T-shirts oscuras, tatuajes orientales, pulseras con estoperoles, lista para ser incrustada en sus timpanos por las resonancias del martilleo que vendria en unos minutos mas.

Una sorpresa agradable fue ver a esta raza de chavos mayorcitos [la mayoria en sus veintes] comportarse con respeto, talvez impresionados por la complejidad de TMV, raza que en su mayoria venia a ver una banda opuesta – una banda que toca himnos estructurados con simpleza contrapesados con metralla climatica. System no decepciono a sus fans, que rebotaron mas aun ante la potente voz de Serj, que deambulaba por el escenario con relajada actitud, mas parecia estar en un ensayo que frente al momento cumbre al que aspiraban sus subservientes vasallos. Sonidos y coros armenios se entremezclaban con el bajo y la bataca metalera, al compas de luces bien coordinadas provenientes de un UFO deslumbrante. Entretenido el grupo si, pero a diferencia del de TMV, su UFO no es capaz de viajes intergalacticos.

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