Wednesday, December 12, 2012

MONO: nueva odisea de una leyenda viviente


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión traemos a colación a “For My Parents”, el más reciente lanzamiento fonográfico de MONO. Este grupo japonés conformado por Yoda [guitarra], Takaagira “Taka” Goto [guitarra], Tamaki [bajo, piano y glockenspiel] y Yasunori Takada [batería y percusión] lleva desde 1999 forjando una carrera musical bastante apreciada en el circuito post-rockero internacional: es, de hecho, todo un símbolo de esta vertiente rockera experimental en su país, además de contar con una solvente proyección internacional. En el contexto de la edición de su sexto disco de estudio “Hymn To The Immortal Wind” (un pináculo incuestionable dentro de su trayectoria), el grupo ofreció un impresionante concierto de 10mo. aniversario en la ciudad de Nueva York con el apoyo de la Holy Ground Orchestra: la magnificencia registrada en audio y vídeo da cuenta del posicionamiento que MONO tiene en la vanguardia rockera de nuestros días. “For My Parents”, el séptimo álbum del grupo, sigue en buena parte la senda emotivamente épica que se ha venido reforzando en la secuencia de “You Are There” y “Hymn To The Immortal Wind”, y desde ya, adelantamos que es una perfecta “excusa” para mantener a MONO en el pedestal donde permanece por razones de justicia artística. Más exactamente, la publicación de“For My Parents” tuvo lugar en la segunda mitad del agosto pasado por vía del sello Temporary Residence Limited, tanto en CD como en doble vinilo. El rol del apoyo orquestal (la Holy Ground  Orchestra) es crucial a la hora de realzar ciertas atmósferas en varios pasajes particularmente llamativos del repertorio del disco, cuyos detalles pasamos a describir ahora. 


Durando casi 12 minutos, ‘Legend’ abre al álbum comenzando con un contundente arrebato de esplendor sinfónico dentro de la clave post-rockera bien articulada que MONO maneja siempre a la perfección. Ya en el proceso de elaboración e instalación del cuerpo central, se genera un colorido exultante, incluso extrovertido, en el que los aportes orquestales resultan indefectiblemente vitales a la hora de sustentar el aura general de la pieza. Luego sigue ‘Nostalgia’, pieza que se focaliza crucialmente en un sereno motivo cuya sencillez magnifica su inherente belleza: los arreglos a los que lo somete el grupo van de lo fastuoso a lo etéreo, pasando por lo envolvente, siempre realzando el ambiente de conmovedora candidez para asegurarse de que su consistente imposición no deje libre de su impacto ninguna molécula del aire que el oyente respira. La cuesión minimalista basada en capas de cello y gotas de glockenspiel brinda una oportuna derivación hacia ‘Dream Odyssey’, pieza que explora ambientes de tristeza en los que el dramatismo propio de la situación es tratado con impoluta delicadeza. La errática gloria de lo etéreo encuentra aquí una encarnación concreta perfecta pues la banda hace que cada nota y cada base armónica vagabundee con señorío. Por su parte, el piano de Tamaki ayuda crucialmente a la hora de reforzar la esencial aureola evocativa de la composición, la cual termina coqueteando con el space-rock en sus momentos más pletóricos. ‘Unseen Harbor’ perpetúa en muchos aspectos la atmósfera general de ‘Dream Odyssey’ en cuanto a la vibración emocional que se proyecta desde su desarrollo melódico, pero principalmente se resalta el modo en que su arreglo global se engarza con la magnificencia desplegada en ‘Nostalgia’, especialmente en lo referente a la predominante calidez que sustenta al esquema sonoro en curso. Un elemento resaltante de ‘Unseen Harbor’ es la ambientación eslava que se utiliza para focalizar su motif central, algo así como una porción de la BSO de “Dr. Zhivago” reconstruida por MOGWAI. Estas piezas #3 y #4 del álbum nos parecen las más notables del repertorio. En fin, los últimos 9 ½ minutos del disco están ocupados por ‘A Quiet Place (Together We Go)’. Sus primeros 4 ½ están inundados de un aura de flotante misterio, en base al elegante manejo de retazos guitarreros con una actitud impresionista; en su segunda sección, la pieza vira hacia una espiritualidad más amable, tirando hacia lo romántico, la misma que se establece con una imponente vibración épica al modo de un pomposo clímax cinematográfico. Se nota que el paradigma de GODSPEED YOU BLACK EMPEROR! sigue siendo un referente importante en la visión musical de MONO, aunque a estas alturas del partido también hay que afirmar que este conjunto japonés tiene una voz propia bastante firme.

   

“For My Parents” es un disco que no aporta precisamente algo nuevo al mundo musical de MONO, pero sí genera nuevas muestras de vitalidad y vivacidad a su expresamente demarcado territorio sónico. De hecho, se puede decir que refuerza espacios plenos y ata los cabos no del todo bien amarrados de la tríada precedente. Esta asociación de Yoda, Taka, Tamaki y Yasunori sigue justificando con creces su sitial dentro de la élite post-rockera de su país e internacional.



Muestras de “For My Parents”.-
Dream Odyssey: http://www.youtube.com/watch?v=ibgqFaQoNfU
Unseen Harbor: http://monoofjapan.bandcamp.com/track/unseen-harbor


[Dedico esta reseña a Carla Marín, mujer de luz.]

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