Monday, June 03, 2013

RAPA NUI - una isla de experimentación multidimensional en el archipiélago psicodélico peruano



HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión traemos a colación al ensamble peruano RAPA NUI, un proyecto experimental osado y consistente co-dirigido por Arturo Quispe [saxofón, guitarra, efectos y controlador MIDI] e Israel Tenor [batería, bajo, efectos y oscilador] desde la segunda mitad de 2012: sus álbumes de estudio “Frida” y “Lucha Trogolodita” se pueden escuchar en la red a través de los enlaces http://rapanuiperu.bandcamp.com/album/frida y http://rapanuiperu.bandcamp.com/album/lucha-troglodita, respectivamente. Los dos músicos antes mencionados operan también en los grupos CHOLO VISCERAL y MERCÌ BABOON, respectivamente. Cabe señalar que para “Lucha Trogolodita”, el dúo se hace acompañar ocasionalmente de Ale Borea a los bongós y el djembé: en el dúo mismo, Israel se concentra más arduamente en la batería y Arturo hace lo propio con el saxofón, además de crear ambos las cortinas cibernéticas exigidas en determinados momentos. También tiene RAPA NUI un disco en vivo en su curriculum vitae, “Punani”, el mismo que se puede escuchar en el enlace  http://rapanuiperu.bandcamp.com/album/punani-en-vivo - este  registro de un solo tema de 15 minutos y pico, editado en noviembre de 2012, recoge la primera actuación del dúo en el local Edith Sachs, en el mágico distrito limeño de Barranco.  


   

Su osada mezcla de free-jazz, acid-folk, noise y krautrock (oscilando entre el estándar de AMON DÜÜL y las exploraciones aguerridas del TANGERINE DREAM primigenio y KLUSTER) nos tiene bastante entusiasmados. Desde lo que se escucha en “Frida”, disco debut de octubre de 2012, podemos captar una magia tan iluminadora como siniestra, tan racional como visceral. La pieza homónima que ocupa los primeros 16 ½ minutos del álbum es todo un genuino emblema de lo que cabe esperar de las metas estéticas que se traza este proyecto. Tras una larga introducción de batería y sintetizador que suena a convocatoria tribal, el saxo entra a tallar para generar una estrategia para la pronta instauración de una ingeniería de cadencias reconocibles, la cual se inicia efectivamente a poco de pasada la frontera de los 6 minutos y medio. A partir de ahí, el dúo se proyecta en un jam psicodélico, no ajeno a elementos jazzeros en su articulación de vibraciones rítmicas. Los últimos minutos sirven para que el dúo vuelva a sumergirse en el misterio oculto de donde había emergido anteriormente. ‘El Sendero Al Inframundo’ es aún más largo, durando casi 18 minutos. Empieza con una larga jornada de sonoridades oscurantistas manejadas con un aura cósmica lo suficientemente sutil para no dejar que la penumbra sonora se haga abrumadora; luego, se proyecta hacia una dimensionalidad caótica en la que la oscuridad se siente a gusto para mostrar sus garras de inquietud y desasosiego, aunque la atmósfera general no es exactamente de tendencia siniestra sino neurótica. La última pieza es ‘Sereno Japón’, pieza que se focaliza inicialmente en una especie de esquema post-rockero a lo MOGWAI pero preservando la aureola cósmica que es una constante irremediable en el ideario musical de Quispe y Tenor: así, llega el pasaje final que es una nueva celebración de la desestructuración.


Vamos ahora a ‘Eco De Los Neutrinos’, el tema en vivo registrado en “Punani” a partir de la participación del dúo en una jornada musical barranquina: la grabación artesanal de la improvisación perpetrada por Quispe [saxofón alto, guitarra y oscilador] y Tenor [bajo, efectos y oscilador] ayuda a realzar la mágica rudeza de las sonoridades creadas in situ. Ahora bien, esta mágica rudeza a la que nos referimos se transmite a través de flujos sónicos alevosamente desestructurados que operan como chispazos de luz que emergen inconstantemente en búsqueda de algo indefinido en las entrañas de la mente: las diversas fases de esta búsqueda se trazan de acuerdo a cuál sea el instrumento dominante, sucesivamente, el saxo, la guitarra y el bajo. RAPA NUI hace una celebración radicalmente consistente de los ideales de la forma libre en la música, hasta el punto de crear formas que no trasciendan a sus mínimas expresiones.


El segundo disco de estudio, “Lucha Troglodita”, maneja una aspereza más filuda que la expuesta en “Frida”, apostando por sonoridades más llenas que se articulan por explayamientos de la libre expresión psicodélica. El peso añadido que tiene el factor percusivo (aportado pro Ale Borea, como mencionamos anteriormente) ayuda a este notorio realce sónico, sin duda. Al igual que “Frida”, contiene un repertorio de tres temas. Abriendo el disco, ‘Australopithecus Africanus’ es un viaje de casi media hora que comienza desde el primer instante con una exaltación vitalista abundante y espléndida, alternando momentos de consonancia tribal con otros de anarquía libertaria en la que los instrumentos dialogan en un clima de espontánea expectativa. La tensión mantiene su luminosidad de forma constante, derivando finalmente en un solo de batería. Una vez terminado éste, el grupo arma un jam en clave de raga india, la cual es manejada con un pulso etéreo propio de los discursos krautrockeros de AMON DÜÜL II y GILA: Ale Borea hace que sus percusiones se erijan en el centro neurálgico de la instrumentación global, mientras que los efectos sintetizados aportan un trasfondo trascendental al asunto y el saxo irrumpe impetuosamente en ciertos momentos estratégicos. En los últimos parajes, la ambientación se ensombrece como si apareciera la noche a brindar el solaz de un descanso próximo. ‘Kenyanthropus Platyops’ sigue a continuación para traer el resplandor de un nuevo día a partir de libres expresiones sónicas donde confluyen el free-jazz y la psicodelia en un dinamismo deconstructivo que va recreando su magia particular mientras cava surcos por dónde fluir. El álbum se cierra con ‘Homo Sapiens’, pieza en la que Borea regresa a apoyar con sus percusiones. ‘Homo Sapiens’ porta una estructura más definida hacia los patrones de la primera mitad de ‘Australopithecus Africanus’, aunque en esta ocasión el despliegue de vigor está un poco más medido. El elemento intrigante e inquietante está principalmente encarnado en las capas sintetizadas que flotan sobre la intensa amalgama de batería, saxo y percusión.



Todo esto fue nuestro repaso general de RAPA NUI, un proyecto al que vale la pena descubrir a través de la red: ojalá pronto se den las ocasiones para editar estos discos en formato físico. El hecho es que el dúo siempre se mantiene en actividad, grabando material que se recopila y articula en futuros ítems nuevos de Bandcamp. ¡A seguirles el paso!



Muestras de RAPA NUI.-
Homo Sapiens: http://rapanuiperu.bandcamp.com/track/homo-sapiens

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