Sunday, May 14, 2017

MIDNIGHT SQUARED: colisión de dos mentes en la escena jazz-progresiva estadounidense


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy prestamos nuestra atención al talentoso dúo estadounidense MIDNIGHT SQUARED, conformado por Howie Alper [guitarras, bajo y canto] y Tim Drumheller [teclados, percusión y programaciones de ritmos]. El dúo en cuestión radica en Cape Cod, la península del estado de Massachusetts, y se dedica a cultivar una vitalista muestra de rock eclécticamente progresivo donde confluyen lo sinfónico, la fusión, el jazz-rock y el ambient. Ambos son compositores de amplia trayectoria por cuenta propia, y de hecho, conocemos a Drumheller por el legado que nos dejó el también dúo A TRIGGERING MYTH (gestores de discos importantísimos para el revival progresivo made in USA como “The Sins Of Our Saviours”, “Forgiving Eden” y “The Remedy Of Abstraction”). Hace varios años, exactamente en 2010, este dúo hizo su debut fonográfico con un repertorio de 12 piezas titulado “When Worlds Collide”, el cual ha estado todo este tiempo disponible a través de descargas virtuales así como en CD físico. Si tenemos en cuenta que el último disco de A TRIGGERING MYTH, “The Remedy Of Abstraction”, data del año 2006, podemos aseverar que Drumheller observó el irrefrenable declive de la mencionada entidad musical y pronto puso manos a la obra para seguir adelante con otro proyecto progresivo. MIDNIGHT SQUARED resultó tener una agenda más activa que la otra banda mencionada pues ha hecho actuaciones en vivo en el circuito underground de su zona de residencia. Concentrémonos ahora en el repertorio contenido en “When Worlds Collide”, ¿vale?


Con la dupla de ‘Linear Drift’ y ‘Still Work Ahead’, el dúo pone bien en claro las reglas de su particular juego progresivo, el cual recibe entusiastamente las principales influencias de HAPPY THE MAN y CAMEL. El primero de estos temas comienza con un ímpetu jovial que sabe ajustarse fluidamente al razonablemente complejo esquema armónico dirigido desde las bases de teclado y el esquema rítmico, siendo así que un interludio sereno se inserta a medio camino con la finalidad de incrementar la ya reinante aureola de sofisticación musical. En cuanto a ‘Still Work Ahead’, se trata de una balada que nos brinda un ejemplo de cálida placidez sinfónica revestida de sutiles ropajes jazz-progresivos; siendo el primer tema cantado del disco, la banda aprovecha la ocasión para mostrarnos abiertamente su faceta contemplativa. Hasta aquí tenemos casi 8 minutos de belleza sonora y todavía falta mucho más: en efecto, cuando llega el turno de ‘The Thing’, el dúo se adentra a paso firme dentro de su faceta jazz-rockera y nos brinda una ágil exhibición de cristalinas sonoridades rotundamente centradas en torno a las influencias del HERBIE HANCOCK de mediados de los 70s y los WEATHER REPORT de inicios de los 80s. Una mención especial debe ir para el excelso solo de órgano que emerge en el ecuador de la pieza. El cuarto tema del disco se titula ‘Annie’ y se hace cargo de elaborar un retorno masivo a la vitalidad gloriosamente grácil que ya disfrutamos en el primer tema, aunque lo primero que se nos mostró fue un preludio intimistamente apacible centrado en templadas escalas de guitarra acústica. Los ornamentos y quiebres rítmicos que entran a tallar a lo largo del camino enriquecen y ensalzan la majestuosa claridad melódica en curso hasta el momento final, que es cuando una miniatura del prólogo regresa para redondear la faena. Cuando llega el turno de ‘Anger Management’, el grupo nos muestra un nuevo ahondamiento en sus habituales inquietudes jazz-progresivas inspiradas por una luminosidad señorial; notamos influencias de los antes mencionados HAPPY THE MAN así como de los respectivos paradigmas de GENTLE GIANT y NATIONAL HEALTH. Es justo señalar que en esta ilación de ‘Annie’ y ‘Anger Management’ se encarna un cénit decisivo del álbum.

‘Stars’ nos lleva hacia un sendero musical trazado por una espiritualidad bucólica focalizada en un esquema sinfónico, siendo así que el arreglo general del cuerpo central recoge herencias de la vieja escuela del rock progresivo y vibraciones del sinfonismo moderno. ‘Entourage’ y ‘Don’t Know Yet’ son los dos siguientes temas del álbum y coinciden en durar poco más de 4 ½ minutos. El primero de ellos nos remite a la faceta intimista del esquema grupal bajo la guía del piano: en su primera mitad predomina un aura de sobriedad flotante y fulgor cauto, mientras que la segunda se remodela en un viraje temático signado por una envolvente majestuosidad que transita libremente entre lo sinfónico y lo fusionesco. El segundo de estos temas no se enfila precisamente por senderos musicales muy diferentes, pero sí se nota que el aspecto vitalista entra a tallar desde más temprano, lo cual significa que es un momento en el que el dúo decide explayarse confiadamente en su faceta más extrovertida. Si podemos imaginar a CHICK COREA acompañado por la dupla rítmica de HAPPY THE MAN para revitalizar una partitura perdida del primer álbum solista de JAN HAMMER, entonces podemos hacernos una buena idea de qué va ‘Don’t Know Yet’. ‘Right Is To Forgive Her’ contiene claras alusiones al Latin-jazz en sus grooves predominantes, aunque hay un balance ecléctico bien logrado con otros elementos propios del jazz-rock. No siendo un tema especialmente extenso – dura menos de 4 minutos – guarda una notable dosis de duende multicolor. Emerge ‘Terra Firma’ mientras nos vamos acercando al final del disco: su talante está próximo al de ‘Right Is To Forgive Her’ en lo referente a su garboso juego de oscilaciones musicales pero su agilidad particular se acerca más propiamente al modelo de HAPPY THE MAN. La impoluta armonización entre piano y guitarra acústica sostiene cabalmente la base armónica sobre la cual se han de elaborar las orquestaciones y elegantes solos de sintetizador.

‘Barouque’ y ‘The Show Is Over’ nos llevan a la efectiva conclusión de “When Worlds Collide”; no son piezas muy largas pues la primera dura poco menos de 2 ¾ minutos y la otra un minuto y cuarto. ‘Barouque’ exhibe una secuencia de jazz-fusión acústico que deriva al poco rato en un ejercicio de ambient electrónico con tendencias de nu-jazz; por su parte, ‘The Show Is Over’ ofrece la instancia postrera de magia jazz-progresiva que ya los oyentes hemos asumido como un estándar recurrente del dúo. Una vez concluida nuestra escucha del repertorio de “When Worlds Collide”, nos queda la sensación de querer volver a escuchar por lo menos la mitad del mismo. Nos parece muy adictiva la propuesta musical que nos brindan MIDNIGHT SQUARED: esperamos que este disco no sea el único que el grupo vaya a aportar como grano de arena dentro de las enormes y diversas playas mundiales del rock progresivo. ¡Queremos más! 


Muestras de “When Worlds Collide”.-

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